TAMINO VUELVE CON UN CONJUNTO ÍNTIMO EN SU SEGUNDO ÁL BUM, 'SAHAR'.

El pasados viernes 23 de septiembre Tamino publicó su esperado segundo álbum, después de adelantar varios singles. El primero de ellos fue ‘The first disciple’ en el que el protagonista es el laúd arabe o ud (que también acapara la portada del tema) y donde se habla sobre la fama de esa forma reflexiva y ceremoniosa a la que acostumbra el artista belga. 

Tamino ya no es solo el narrador observador (del que hablé en el primer post del blog) y testigo del primer álbum, en SAHAR, siente en primera persona desde el principio de cada canción, como en la solemne You Don't Own Me, donde vuelve a mostrar su poderío vocal.

'SAHAR' es un disco íntimo, donde Tamino te envuelve para retratar la crudeza y las oscuridades de los sentimientos. Y es que Tamino brilla al hablar del desencanto. Hay cierta belleza en el retrato del desengaño, de la decepción o  tristeza que se esconde tras sus canciones: La belleza de una noche de luna llena donde las estrellas se reflejan en el agua, de un claro de luna, como se muestra en  la preciosa colaboración con Angèle (Sunflower), que reúne a las dos voces más internacionales e importantes de la Bélgica actual. 

A pesar de que la esencia de Tamino se palpa en este segundo proyecto, con sus raíces árabes siempre presentes, sin duda, ha seguido escalando en su composición y conociento musical , como muestran el toque latino en la placentera Cinnamon (con las armonías parecidas a las de Parcels) y el pop-rock de Fascination. 

Con todo esto, 'SAHAR' se posiciona como un segundo escalón en la carrera de Tamino, fiel a su núcleo, con frases resonadoras que se quedarán contigo (Those modest sayings/That mean so much to you/With me they've never gotten through/I've always needed bigger words) y con el sentimiento en la cúspide del referente artístico.